A veces la vida sucede. Otras veces ocurren cosas que no puedo mirar o que no quiero ver; y muchas otras, sencillamente transcurren y yo estoy ahí para degustar.
A veces pasa que repito aquello que ya había vivido, y vuelvo a hacerlo igual, a pesar de saber que quería cambiarlo. En esas situaciones siento que vivo en un círculo que me vuelve y me devuelve al mismo lugar…
Otras veces consigo hacer algo distinto.
Esas veces, siento que he aprendido un trocito de lección y que por fin, un giro se ha articulado de forma diferente en mi vida y ha tomado forma de espiral.
Reconozco que muchas veces los círculos han estado presentes y me han mantenido ahí, pero agradezco a todos mis maestros que me han movido de dónde estaba para, desde un simple cambio de perspectiva, poder andar en una espiral distinta.
A mis maestros, como mi madre al morir, mi abuelo al vivir, mi psicóloga al mostrarme, mi pareja al reflejarme, mi hija al comprometerme y exigirme, mis amigos al rechazarme y mi yo más interno, al aceptarme… a todos ellos, gracias por existir.
De ellos he aprendido aquello que muchas veces procuro transmitir en psicoterapia. Unas veces ha sido lo técnico, otras veces lo más académico, y muchas otras, las vivencias más personales, las que me han hecho trabajar bien. También en ese camino profesional, aprendo todos los días.
Marta Beranuy